04 noviembre, 2006

La muerte

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.




Cada vez que me dicen que alguien cercano a mi muere, recuerdo a mi tio Martiniano.
Murio hace pocos años, 3 creo recordar, en navidad. No me di cuenta realmente de su ausencia hasta que no volvi al pueblo a su casa, y vi a su mujer, y me dijo: Laura, tu tio te queria mucho. Entonces fue cuando esa bola se formo en mi garganta y los ojos se me llenaron de lágrimas.
Le gustaba mucho la lectura y las peliculas de Berlanga, constantemente recordaba poemas de Miguel Hernandez (uno de mis favoritos), y el dia que murió no pude mas que recordar este que veis aqui arriba. Cantado por Serrat, cada letra entra mas y duele más. El dia que yo muera me gustaría que alguien lo recitase (suena morboso pero no lo es)

Todo esto viene a que hace unos dias me enteré de la muerte de otro compañero de toda la vida, de mi colegio, Nachete. Murió en un accidente de tráfico, creo que viniendo de Madrid. Con 28 años. Me entere una semana después, pero cómo saberlo si vivo en Tarragona y él en Cáceres, pero esa es otra historia que no tengo ganas de explicar.
En fin, que estaba sentada pensando en mis cosas y me parecia adecuado recordar a Nacho, que no sabía pronunciar la "r" y que tenia ese pelo de punta tan indomable.
La de momentos divertidos que pasamos la pandilla de pequeños, fugándonos el cole para ir "asar castañas" y jugar al billar.
Descansa en paz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

a mi tb seme pone la piel rizada con este poema